2 ene 2017

¡No me caso! Y no es por miedo

¡Hey! Calma, no estoy diciendo que casarse es malo, ni mucho menos que quienes deciden hacerlo son unos tontos, bueno... Casos se ven.

En fin, toda mi vida, mi referente de familia ha sido heteronormativo. Mis papas están casi llegando a los 30 años de casados, algo que siempre me ha parecido maravilloso, pues un enorme porcentaje de lo que soy hoy, es gracias a esa unión que poco a poco se va añejando. 

Honestamente, me emociona ver a mis amigas o chicas de alguna u otra forma cercanas a mi, hacer pública su emoción al revelar que están comprometidas, no sé si con 'el amor de su vida', pero si seguramente con una persona que les proporciona esa felicidad o más que todo, la estabilidad emocional y seguridad que muchos buscamos en una pareja y más si es "hasta que la muerte nos separe". Porque algo si te digo, unirse bajo el santísimo sacramento del matrimonio, es muy parecido a constituir una empresa, no sé si bajo la figura 'sociedad anónima' o 'compañía limitada', pero pensar en función de dos para que todo sea beneficio de ambos, no es nada sencillo. 


Vía Pinterest

Digo que no me caso, primero porque no me considero una persona religiosa, más bien espiritual, además creo que sería el único sacramento católico que podría elegir no llevar a cabo, algo que no pasó con el bautizo y la confirmación; segundo, porque la persona en la que me he convertido y que me encuentro construyendo, no considera dentro de su proyecto de vida iniciar una relación de pareja (al menos no de ese modo), estoy en un momento en el que mi individualidad está en un muy alto nivel. Tercero, porque ejecutar este acto, ya sea por la iglesia o vía legal, constituye alimentar el sistema patriarcal y por último, como me decía una muy buena amiga: "me da miedo estar comprometida de esa manera con una persona, hasta el punto en que deje de ser yo misma".   

Y es que no son simples excusas para ocultar que "le tenemos miedo al compromiso" o que "queremos vivir en el libertinaje" ¡Nada de eso! Estos son tiempos en los que como mujeres hemos comprendido que solo nosotras mismas somos dueñas de nuestras decisiones y que esa será la única forma en la que podremos salir adelante, aunque suene trillado. Además, si no estoy en paz conmigo misma ¿cómo creen que puedo vivir por el resto de mi vida con alguien? No sé Ernesto, no sé.  

Me gusta la idea de compartir, convivir, construir, aprender, desaprender junto a otra persona, que podamos aportar a la vida del otro desde nuestras diferencias, sin necesidad de un par de anillos que cada vez que nos lo quitemos para lavar los platos, recordemos que son el 'símbolo de nuestra unión'. Admito que hay unos vestidos de novia ¡DI-VI-NOS!, sin embargo esa tendencia de las bodas ostentosas y costosas, que parecen hasta una competencia, no son mi estilo o al menos no son el lado del capitalismo que prefiero. 

El amor (cualquiera que este sea) entre una pareja, también debería contemplar eso, construirse libre de la presión social, ir contra el sistema y lo que este impone, transgredir -sin agredir- y que por esto no sea considerado de menor valor en la sociedad. Sino, miren el ejemplo que les dejo en este enlace: http://www.aldia.co/historias/carolina-y-olga-la-boda-de-dos-sucrenas-que-le-da-una-leccion-la-sociedad

En definitiva, no creo que sea necesario casarme para demostrarle a esa persona amada que quiero compartir gran parte de mi vida a su lado y que además quiero que su proyecto de vida y el mío confluyan en un gran porcentaje, aún estando separados. Mi mensaje para hoy es, decidan lo que decidan sobre sus vidas, siéntanse plenos y completos, no esperen que otra persona llegue a llenar esos vacíos, pienso que solo así podremos amar y entregarnos de forma desinteresada.

Dedicado a Nina, la chica del afro.

PD: me pregunto si, es posible que dentro de un tiempo, cambie de opinión respecto a este tema...


No hay comentarios: